Amateur de la crítica culinaria y profesional del buen comer. Ingeniero industrial de profesión. Cuenta con estudios de posgrados en marketing internacional. En este arroz con mango de profesiones, aún no ha podido decidir cuál es su mayor pasión: escribir o comer papas fritas, aunque encuentra con más facilidad el papel que las papas. Considera que la calidad de los servicios gastronómicos todavía no ha terminado de cuajar y que los malos tratos y servicios marchan como entrantes y platos fuertes en nuestra actualidad culinaria. Cuando de degustar nuevos platos se trata, su horno siempre está para galleticas. Su apetito voraz y acertado ojo culinario no se conforman con platos de segunda mesa.
Con el espíritu sucede lo mismo que con el estómago: solo puede confiársele aquello que pueda digerir.
Winston Churchill